(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



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domingo, 17 de junio de 2012

CONFIA EN MI

Jua 10:1 «De cierto, de cierto les digo: El ladrón y el salteador es el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que trepa por otra parte.
Jua 10:2 Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas.
Jua 10:3 A éste el portero le abre, y las ovejas oyen su voz; y él llama a las ovejas por su nombre, y las saca.
Jua 10:4 Y una vez que ha sacado a todas sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Jua 10:5 Pero a un extraño no lo siguen, sino que huyen de él, porque no conocen la voz de gente extraña.»
Jua 10:6 Jesús les dijo esta alegoría; pero ellos no entendieron qué les quiso decir.
Jua 10:7 Una vez más Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
Jua 10:8 Todos los que vinieron antes de mí, son ladrones y salteadores; pero las ovejas no los oyeron.
Jua 10:9 Yo soy la puerta; el que por mí entra, será salvo; y entrará y saldrá, y hallará pastos.
Jua 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Jua 10:11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.
Jua 10:12 Pero el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, huye y abandona las ovejas cuando ve venir al lobo, y el lobo las arrebata y las dispersa.
Jua 10:13 Al que es asalariado, no le importan las ovejas.
Jua 10:14 Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,
Jua 10:15 así como el Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; y yo pongo mi vida por las ovejas.
Jua 10:16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a aquéllas debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.
Jua 10:17 Por eso el Padre me ama, porque yo pongo mi vida para volver a tomarla.
Jua 10:18 Nadie me la quita, sino que yo la doy por mi propia cuenta. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volver a tomarla. Este mandamiento lo recibí de mi Padre.»

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